Lógicamente no fueron los primeros de la historia que, con la franja en el pecho, desplegaron un fútbol lujoso, pues algunos aseguran que ya los pibes del año 32 "cuidaban" muy bien la pelota, acaso obligados por ser la única. Otros afirman que el cultor del "respeto" por el balón, fue "El Pibe de Oro" Ernesto Lazzatti, un caballerezco jugador argentino, que dictara cátedra a fines de los años cuarenta.
Pero DANUBIO, identificado -vaya a saber desde cuando- con el fútbol químicamente puro, en 1988 se encontró simultánea-mente con jugadores que interpretaban en su máxima expresión ese tradicional exquisito "sentir futbolístico", alcanzando como era previsible, los mayores éxitos de su historia. Por designio del destino o la voluntad de Dios, como se prefiera, aquella generación (por llamarlos de alguna manera) recaló, afortunadamente, en nuestra Institución. Es de suponer que, en distintos períodos, recomendados o no, habrán llegado a probar suerte al Parque Hugo Forno, y es posible que una vez aceptados, hayan corrido para sus casas a contar su ilusión, tal vez sin pensar que en pocos años pasarían a la historia del fútbol uruguayo. Si habrá sido magnífica la gesta, que durante varios años protegió la imagen de DANUBIO.
Podría afirmarse que durante los lamentables períodos de decaimiento institucional y/o deportivo, el Club se mantuvo en la consideración del ambiente futbolístico - como uno de los principales - pura y exclusivamente por los logros de 1988. Aún hoy, la prensa especializada recuerda y compara el exquisito juego de aquel equipo danubiano. Los muchachos del 88, aún sin ser los primeros, por su desfachatez, por su calidad, por los logros conquistados, serán definitivamente inolvidables.
A LO DANUBIO
Desde la fundación por aquel puñado de pibes de la Curva de Maroñas, los danubianos intentaron tener un club diferente e independiente, gracias a ello, todo lo conseguido es exclusivamente fruto del trabajo y al incansable esfuerzo de su extraordinaria gente, nada le obsequiaron.
Así creció DANUBIO deportiva e institucionalmente hasta convertirse en uno de los clubes fundamentales y en el principal "semillero" del fútbol uruguayo. Una buena gestión directriz indefectiblemente desemboca (tarde o tem-prano) en éxitos deportivos.
A través de los años, el DANUBIO Fútbol Club ha tenido como virtud, contar en sus planos directrices con destacados hombres, que jamás anteponen intereses personales a los de la Institución. La década del ochenta, la más gloriosa en cuanto a logros deportivos, no podía ser la excepción, se contaba con dirigentes capaces (también en Divisiones Juveniles), que además, estaban brillantemente guiados por un extraordinario visionario como el Ing. Héctor Del Campo. El Ingeniero, de extensa actividad directriz, que desde 1968 había ocupado diversos cargos en la institución, llegó a comienzos de 1981 por primera vez a la presidencia. Como Presidente su actuación fue tan destacada que su nombre estará por siempre grabado en la historia danubiana. Desde su asunción, el club comenzó -en todos los órdenes- una etapa de franco desarrollo. Por ejemplo, en el plano deportivo, durante su mandato (fue reelecto varias veces) DANUBIO, además de los dos títulos que motivan este libro, consiguió, entre otros logros, un Subcampeonato Uruguayo y clasificar en dos oportunidades a la Copa Libertadores.
Para la formación del plantel de 1988, la Comisión Directiva, tuvo el acierto de respetar una convicción fuertemente arraigada en los danubianos, desde la época de los barrios, apoyar incondicionalmente a los jugadores surgidos en el Club, pero, sin apresurar los procesos lógicos de aprendizaje y maduración, reforzando unicamente, los lugares donde existieran carencias. Por su parte, aquel legendario grupo de jugadores continuó con una tradición, que también comenzara en los torneos barriales, y siguiera luego en las diferentes categorías de la A.U.F., la de imponer su característico fútbol con suma profesionalidad, pero sin perder el espíritu de jugar por amor a la camiseta. Es posible que la gestación de aquel formidable equipo Bi-Campeón de 1988, jamás se pueda determinar con exactitud, pues las posibilidades pueden ser muchas... ¿Habrá sido en las temporadas de 1986 y 1987, que dirigía Luis Cubilla? o tal vez, su orígen tuvo lugar en aquellas 4ª y 5ª divisiones de 1985, donde jugaban gran parte de los jugadores.
Sin embargo, no se admiten dudas, en cuanto a que, el proceso con diferentes etapas de maduración, que duró años y que además un hombre sumamente capaz como Ildo Maneiro, terminó de "pulir", logrando algo realmente difícil, extraer el máximo rendimiento de cada jugador. Afortunadamente el proceso llegó a su culminación, sin importar la fecha exacta de comienzo, alcanzando, a conformar un equipo tan espectacular que, sin ningún tipo de dudas, está entre los mejores de la historia del fútbol uruguayo. "DANUBIO como pocos es y pertenece al pueblo porque se hizo de abajo, codeándose con los humildes; porque asentó su grandeza actual en las mismas raíces del pobrerío orillero", rezaba un periódico deportivo de agosto de 1957, en la crónica sobre la inauguración del estadio "Jardines del Hipódromo", aunque es evidente que estos mismos conceptos encajan perfectamente en la gloriosa campaña del año 1988.
40 AÑOS DESPUÉS
Un 25 de Abril, la realidad iba a superar los sueños de los botijas escolares que fundaron el Club... DANUBIO debutaba en la "A". Aquella tarde de 1948, un equipo con camiseta y estilo de juego diferente al resto, comenzaba a escribir su historia en Primera División. Cuatro décadas después y luego de dos Subcampeonatos Uruguayos, una Liguilla y generalmente buenas coloca-ciones en todos los torneos, aquel equipo fundado por niños, llegaba a la cúspide del fútbol uruguayo, con fútbol, con goles, con juego limpio, sin depender de los árbitros, logrando además lo que muy pocos consiguen...... las tres "G" ganar, gustar y golear. Para todos el regocijo fue mayor aún al saber que, por lo menos algunos de los danubianos de las primeras horas pudieron disfrutar de aquel inolvidable 1988 con sus propios ojos. Evidentemente a medida que transcurrían las actuaciones danubianas aumentaba la confianza y la convicción de que podía ser "el año de DANUBIO", pero por lógica también la ansiedad. Luego de ganar con justicia el Torneo Competencia, aquel equipo debió soportar la presión extra de ganar casi por obligación el Campeonato Uruguayo. Lejos de amedrentarse, los muchachos aumentaron el nivel embelleciendo aún más el juego desplegado en la primera parte de la temporada. Sin olvidar que además durante buena parte del año, DANUBIO fue la base de la Selección que jugó varios partidos amistosos, pero al fin..... Aquel 27 de Noviembre de 1988, fue maravilloso, inolvidable, emocionante, y casi indescriptible, quienes tuvimos la fortuna de vivirlo nunca jamás podremos olvidarlo. Pero vayamos por partes....
TORNEO COMPETENCIA
El "Competencia" un torneo de larga data, pero que a lo largo de la historia no fue disputado regularmente, sabía de buenas actuaciones danubianas, basta con recordar, por ejemplo, el lejano 1958 que con jugadores de la talla de Romerito, Rolan, Lezcano, "Coco" Delgado, "Pelo" Rodríguez, etc. DANUBIO obtenía el subcampeonato.
En esta oportunidad, DANUBIO comenzaba con una ajustada victoria frente a Liverpool por dos goles a uno, que de ninguna manera avizoraba el buen nivel que desarrollaría el equipo durante el resto del campeonato. El grupo traía el fogueo de la temporada pasada, el único cambio era en la titularidad del arco, donde ingresaba Javier Zeoli, quien luego, se transformaría -sin dudas- en uno de los pilares del plantel. El torneo fue encarado por todos los equipos con total seriedad, segura-mente porque premiaba al Campeón y puestos subsiguientes con la clasifi-cación a la Liguilla y puntaje para la tabla anual respectivamente. Desde las primeras fechas se podía apreciar que DANUBIO estaría definiendo el campeonato.
LA CONSAGRACIÓN
Llegó el gran día, si bien los resultados del sábado ya habían asegurado el título, los danubianos igualmente abarrotaron el "Mendez Piana", como tal vez jamás había estado. La gente quiso retribuir a los muchachos por tanta alegría recibida y testimoniarles de esta manera su agradecimiento, además con se-guridad, no querían perderse la vuelta olímpica. La fiesta había comenzado temprano con una ajustada victoria por 2 a 1 de la 3ª que le permitía dirirmir el título con Wanderers.
Casi 5 mil personas vibraron cuando los jugadores danubianos salieron al campo de juego acompañados de una gran bandera albinegra. Varios fotógrafos perpetuaron el memorable momento en que los muchachos saludaron al público recibiendo un estruendoso apoyo. Curiosamente tres años atrás varios de estos muchachos en este mismo escenario se habían consagrado campeones del "Uruguayo" de 5ª división. El calor popular minimizó la baja temperatura, los colores blanco y negro de los gorritos y las banderas dominaron al gris del paisaje invernal. El primer tiempo sin goles y, seguramente para desafiar aquello de que segundas partes nunca fueron buenas, cuatro "golazos", el Eddy con pelota quieta, una peinada del "Caballo" Kanapkis, una genial estocada de "Polillita" Da Silva, y sobre la línea Pereira, marcaron la diferencia entre uno y otro conjunto. Con el pitazo final la emoción se apoderó de jóvenes y viejos danubianos, las lágrimas nos brotaron a todos... los pibes eran CAMPEONES.
La prensa reflejó la notable consagración danubiana de esta manera: "Domingo de fiesta. Un sol regalón, especial, como hecho a medida y por encargo para pobres y poetas, brillaba allá arriba sobre un cielo celeste y puro que le ponía escenografía perfecta a la gran fiesta que desde temprano empezó a vivirse en la meritoria canchita que era del glorioso Misiones y a la cual embellecieron en los últimos años los muchacho de Miramar. Afuera, entre tortas fritas, panchos y "a voluntá el PROFU", los vendedores de banderas se hacían la pelota ofreciendo las albinegras con la leyenda que gritaba a los cuatro vientos el orgullo de todo el barrio: ¡DANUBIO Campeón!". "Los pibes lograron mantenerse fieles a su juego que contiene todos los recursos de un fútbol histórico, que responde también, a la tradición del club del barrio Maroñas donde el respeto por la pelota es un lema al que no se puede renunciar. Fueron pasando los partidos, se fueron acumulando los triunfos..."
Otro de los medios escritos opinaba: "Esto de DANUBIO es para el elogio. No sólo por el título, sino por la forma de llegar a él. Jugando bien, manteniendo inalterablemente una línea de fútbol, lucida, ambiciosa, muy bien fundamentada y trabajada posición por posición, dentro de la cancha. Este cuadro de la franja auna las ganas de la juventud, con la facilidad para manejar la pelota de todos sus integrantes, más los evidentes progresos tácticos de esta temporada, con una idea muy concreta de moverse agrupados, sin "solitarios", y con un sentido real de equipo." "Triunfo del fútbol y la coherencia. El fútbol está de fiesta. DANUBIO es el brillante Campeón del Competencia. A lo Leguisamo, de atrás, con fútbol y clase. Terminó goleando a Miramar y brindando a su parcialidad una de las mayores satisfacciones de su historia. Premio para una conducción dirigente inteligente, austera, de objetivos concretos, realista, de economía saneada y que apuesta a las divisiones inferiores, para formar cracks dentro de una línea futbolística definida, respetuosa de la pelota y del espéctaculo". Escribía un destacado periodista en un vespertino. Días después, los muchachos de la 3ª división no quisieron ser menos que los "grandes" y también se coronaron campeones tras vencer a Wanderers en una difícil final, que tuvo alargue y penales. Dicen que Luis Cubilla antes de partir hacia tierras guaraníes les había confiado a los dirigentes que si podían "aguantar" el equipo, en dos años sería casi imbatible.... sólo les faltaba experiencia. Con la consagración en el "Competencia" se llegaba a la cumbre, ¿o faltaba algo más?
Los números del Torneo Competencia
Danubio, jugó 12 partidos, de los que ganó 9, empató 2 y cayó en 1. Convirtió 24 goles y le hicieron 8 tantos, totalizando 20 puntos, 4 más que su escolta. Ruben Da Silva con 12 anotaciones fue el goleador del torneo y Javier Zeoli fue el arquero menos vencido con 8 goles recibidos. Los Campeones: Javier Zeoli (12), Daniel Sánchez (9), Fernando Kanapkis (12), Luis Da Luz (12), Ruben Pereira (12), Nelson Cabrera (11), Adrián Viera (9), Edison Suárez (12), Ruben Da Silva (12), Edgar Borges (11), Gustavo Dalto (12), Juan Goñez (8), Alberto Bombacci (3), Eber Moas (10), Richard Rodríguez (2) y Leonel Bozzano (2). *Entre paréntesis figura la cantidad de partidos jugados por cada uno.
FALTABA LO MEJOR
Se había logrado algo muy importante, pero... ¿estábamos cumplidos? Rotundamente NO. La historia danubiana demuestra lo contrario. Los pibes fundadores no se contentaron con jugar en los barrios, por eso inscribieron al club en la AUF. Si aquellos danubianos de las primeras luchas en la Extra, se hubieran dado por cumplidos, no se habría llegado a la "A" . Afortunadamente, luego de obtener el Torneo Competencia, nadie se dio por satisfecho y esto, sin dudas, ayudó para alcanzar, también el Campeonato Uruguayo. Tres fechas antes del final, DANUBIO ya conseguía consagrarse Campeón Uruguayo, aún faltando computar los últimos cotejos, los medios de prensa dedicaban suplementos especiales por el acontecimiento.
RUMBO AL CAMPEONATO
Solo una semana después de la merecida consagración danubiana, daba comienzo el "Uruguayo", el campeonato más importante de nuestro país. Un 12 de junio, DANUBIO comenzaba a escribir, lo que en definitiva sería la página más gloriosa de su inigualada historia. Ganaría el Campeonato Uruguayo de punta a punta, consiguiendo, desde su debut, allá por 1948, la mayor cantidad de puntos, el mayor número de victorias, el menor de derrotas y la mayor cantidad de goles a favor, records que aún hoy, a 10 años, se mantienen. Por segunda vez y luego de 22 años, se consagraba goleador del torneo, un jugador danubiano, el primero había sido el brasileño, Araquem De Mello, con 12 anotaciones. En esta oportunidad, Ruben "Polillita" Da Silva llegaba al tope de la tabla de goleadores con 23 tantos, cifra alcanzada en raras ocasiones, y siempre por jugadores con mayor edad y experiencia.
DANUBIO fue el equipo más goleador y su arco cayó una sola vez más que el menos vencido. Ganó la primera rueda con 5 puntos sobre Peñarol y en la segunda consiguió 2 puntos más que Defensor, que fue su escolta. Finalmente, DANUBIO obtuvo el "Uruguayo" con nueve puntos de ventaja sobre sus más cercanos perseguidores que fueron Peñarol y Defensor, hecho que solamente se había dado en tres oportunidades, desde que se implantó el profesionalismo en 1932. DANUBIO conquistó el Campeonato Uruguayo, perdiendo solamente 8 puntos: dos derrotas y cuatro empates en 24 partidos, o sea, cuarenta puntos en cuarenta y ocho, obteniendo el 83% de los puntos, consagrándose así, en el CAMPEON RÉCORD de la década del ochenta.
27 de Noviembre de 1988: la gloria
Algunos la noche anterior no habían dormido bien, otros madrugaron como nunca en Domingo, para otros el almuerzo no pasó de ser un "simple bocado" pues los nervios habían "cerrado" el estómago. Aquella tarde como tantas, el camino para llegarse hasta "Jardines" debió ser el de siempre, el de toda la vida, pero no lo fue, porque cada uno de los danubianos tenía una sensación, tal vez, nunca antes experimentada. Estaban invadidos por la emoción, el nerviosismo, la ansiedad y una inmensa alegría, porque marchaban al estadio en busca de...
No era una tarde cualquiera, no era un partido más. Se estaba a punto de alcanzar, el momento esperado durante tantos años y por tanta gente. Era la tarde del 27 de noviembre de 1988, en la que DANUBIO inscribiría -para siempre- su nombre en la Copa Uruguaya. Se ingresaba en la historia grande del fútbol uruguayo. Sencillamente por eso, no fue una tarde de fútbol más, pues, tras el pitazo final nos abrazó la gloria.
Si para cualquier danubiano aquello fue maravilloso... ¿Que habrá sentido Juan Lazaroff? ¿Y Armando Olivera? ¿De qué se habrán acordado Ismael García, "Coco Delgado o el "Manate"? ¿Cómo habrá festejado Urbano o Artigas Messera? ¿Y Víctor Luongo? ¿Y el "Tito" Argenti ? Aquella tarde, que coronaba un año espectacular, ineludiblemente trae el recuerdo de las anteriores generaciones de danubianos que hicieron también posible la consagración... porque si Miguel no hubiera insistido en "armar" un cuadrito...... o si Don Alcides no hubiera comprado varios números de la rifa....... o tal vez si Forno no hubiera regalado otra "globa" cuando se rompió la del pibe Leal... si Raúl Mancebo no hubiera luchado pujantemente... si Juan Carlos Sueiro o Angel Nicolazzi no hubieran trabajado denodada-mente... si no se hubiera ascendido de la Extra hasta la "A"... o si no se hubiera trabajado desde siempre en inferiores... si Del Campo no hubiera sido un visionario... La consagración en 1988 no fue solamente el fruto del trabajo de uno o dos años, sino del esfuerzo de todas las generaciones de danubianos.
LA FIESTA
Danubio vivió su gran fiesta en Jardines. A 31 años de su inauguración, -el 25 de agosto de 1957- el estadio se vio desbordado de público (a los 20' de iniciado el partido se abrieron todas las puertas), de júbilo e imágenes que permanecen en el recuerdo, de quienes fueron testigos de este jalón histórico del juvenil equipo de la franja. El clima previo trasuntaba que no era un día cualquiera. En la boca del túnel un cortejo de decenas de gurises (de equipos de Baby de la zona) esperaba a otros más creciditos, pero con el mismo sentimiento por el fútbol, por el "potrero". Las cuatro tribunas vestidas completamente con los colores blanco y negro, gorros, banderas, camisetas, igual que el domingo anterior pero mucho más. Las pulsaciones elevadas esperando la salida de los futuros campeones, que saltaron al campo de juego en medio de un marco espectacular, papel picado, serpentinas, tamboriles, cohetes, y el flamear de las 5.000 banderitas obsequiadas en la puerta, sencillamente es-pec-ta-cu-lar.
Poco antes del pitazo final del árbitro, una avioneta comenzó a sobrevolar Jardines, trayendo un cartel enganchado a la cola, que decía "DANUBIO Campeón '88". Aumentaron los cánticos...."Dale Campeoooon", "Y ya lo ve somos Campeones otra vez." "DANUBIO va a salir Campeoon, se lo dedicamo' a todos la r..p.... madre que lo r.... parió..." Los tres pitazos marcaron el fin del encuentro y el comienzo de un festejo espectacular.
El "Pompa" Borges le pidió la pelota a Nieves y se la llevó al vestuario. Una esperada e impresionante invasión de parciales desbordó la cancha, todos querían tocar y abrazar a los ídolos, y así todos juntos -hasta el muñeco del indio Patoruzú- dar la vuelta olímpica. Los jugadores practicamente sepultados entre niños, hombres y mujeres de todas las edades, no podían ocultar su inmensa emoción..... Fernando Kanapkis y Edison Suárez le dedicaron el triunfo a sus padres respectivos, fallecidos durante el año. Javier Zeoli, mientras se desprendía de algunos hinchas, apenas podía decir: "Solo lágrimas, solo lágrimas, esto es algo increíble.". El "Pecho", con voz entrecortada, se acordaba de su señora, sus hermanos y la familia, norma que se fue dando en casi todos los futbolistas. El "Rata" Dalto hablaba de los merecimientos de DANUBIO, mientras el "Canario" Cabrera, le dedicaba el momento a Emplame Olmos y a la gente danubiana. El Profe Soulivellas e Ildo se abrazaban largamente en un festejo emocionante e íntimo. El "Polilla", sin camiseta y con un sombrero de Cow-boy paseaba en andas de la gente, el "Pompa" con una gran sonrisa hacía flamear un bandera de DANUBIO.
En las tribunas, hombres entrados en canas dejaban escapar alguna que otra lágrima, los jóvenes cantaban, mientras en el Palco Oficial , las autoridades y dirigentes danubianos de varias épocas se confundían en apretados abrazos. El Ing. Del Campo era felicitado por todos, seguramente por ser el "ideólogo" de todo aquello, el Arq. Manta Santoro, viejo dirigente danubiano era presa de la emoción. Carpentier Salhón, Vicepresidente en aquella época, expresaba: "Pocas veces me hice a la idea de vivir este momento siendo yo dirigente..." Por su parte los hinchas también hacían oir su voz..... "Este día empezaron a ganar los pobres.." "DANUBIO es el resumen del viejo fútbol uruguayo." "DANUBIO es puro fútbol, desde el golero hasta el puntero izquierdo." "DANUBIO viejo y peludo no más !!!" clamaba un danubiano de la vieja guardia. El vestuario del Campeón era un hervidero de gente, los jugadores entona-ban los cánticos tradicionales de las hinchadas, mientras sacudían botellas de agua mineral tal si fueran de champagne mojando todo lo que allí estaba. En las afueras del estadio se podía encontrar de todo, banderas, gorros, viseras, vinchas, cornetas, camisetas, todo en blanco y negro.
En la faz gastronómica, parecía una feria: churros, empanadas, panchos, hasta asado, y varias clases de vino. Una impresionante caravana de autos, motos y omnibuses alquilados espe-cialmente, rememorando el ascenso del 47, recorrió todos los barrios de influencia de DANUBIO para terminar festejando en la Sede Social, como en las épocas de Hugo Forno y cía. La Av. 8 de Octubre quedó cortada por la algarabía de la gente, se bailó, se cantó y también se lloró hasta altas horas de la noche, fue.....un festejo de locura.
Al día siguiente, una nota en un diario intentaba reflejar lo que había significado la jornada del 27 de noviembre para Ildo Maneiro....." "Hoy puede ser un gran día...." Tal la letra de una de las canciones que el catalán Joan Manuel Serrat ha universalizado". Un día especial para el mercedario, porque era el cumpleaños de una de sus hijas y porque factiblemente en la tarde se consagraría Campeón Uruguayo como Director Técnico.
Mientras el público y los jugadores comenzaban la vuelta olímpica, Maneiro dejando que los pibes se tutearan con la gloria, se deslizó imperceptiblemente hacia su hogar a festejar un gran día..." Con el título en casa, la prensa oral, escrita y la televisión dedicaron a DANUBIO grandes espacios: "DANUBIO.... El mejor, el de juego rutilante... ¡Un torrente de fútbol Campeón! El título llegó, el festejo es una realidad y los hacedores del gran fútbol de la temporada festejan junto a su gente que da rienda suelta a su alegría. Con un juego de gran calidad "la franja" llevó por primera vez en la historia de nuestro fútbol profesional, el título de campeón uruguayo a una barriada humilde y trabajadora con la de Maroñas." "El ejemplo de DANUBIO....Una cachetada a: el conformismo, la chatura, el aburrimiento, la violencia, el autoritarismo. Una apuesta a: la alegría, el talento, la inteligencia, la responsabilidad, la libertad. Un desmentido a: Aquí no se puede hacer nada. Por lo que te pagan.... de punta y para arriba.... matalo, sacala, largala." "Lo de DANUBIO termina con la resignada caricatura que muestra al jugador uruguayo pesadote, haragán, cansino, fierrero, individualista, calentón. Lo de DANUBIO es un desafío para el medio. DANUBIO ha rescatado el buen fútbol, abierto, entusiasta, alegre, creativo, para ganar." Todos los programas deportivos de radio y televisión homenajearon la brillante campaña danubiana, destacando las excelentes cualidades de los jugadores, la inteligencia del cuerpo técnico y la gran conducción dirigencial encabezada por Del Campo.
LOS CAMPEONES
Eber Moas (24), Daniel Sánchez (24), Fernando Kanapkis, Ruben Da Silva (23), Nelson Cabrera (23), Gustavo Dalto (23), Ruben Pereira (21), Javier Zeoli (20), Edison Suárez (20), Juan Goñez (18), Edgar Borges (17), Luis Da Luz (16), Adrián Viera (16), Richard Rodríguez (16) Fernando Baleato (4), Hugo Baldenegro (4), Carlos Rodríguez (2), Alberto Bombacci (2), Daniel Pérez (2), Leonel Bozzano (1), Sergio Cabral (1), Oscar Corrales (1) y Angel Vidal (1).
*Entre paréntesis figura la cantidad de partidos jugados por cada jugador.
Director Técnico: Ildo Maneiro. Preparador Físico: Prof. Rodolfo Soulivellas. Ayudante de Campo. Juan Carlos Blanco. Jefe de Sanidad: Dr. Carlos Voituret. Masajista: Walter Alcaide. Odontólogo: Freddy Venanzetti. Utilero: Claudio Ferreira.
Comisión Directiva: Presidente: Ing. Héctor Del Campo, Vicepresidente: Carpentier Salhón, Secretario: Américo García, Pro Secretario: Dr. Luis Grieco, Tesorero: Cr. Hugo Sebastiani, Pro Tesorero: Juan C. Olivera. Contador: Julio Viña, Vocales: Antonio Díaz, Héctor Argenti, Hugo Nicolazzi, Mario Filippini. Delegados ante la AUF: Jorge Salhón, Dr. Fernando Nodar, Alberto Baños. Comisión de fútbol: Julio Viña, Héctor Argenti y Raúl Rodríguez. Funcionarios: Gerente: Alberto Batista. Auxiliar: Alberto Díaz. Encarg. Fichas Médicas: Orlando Ledesma. Encarg. Contabilidad: Juan C. Bengoa.
La campaña en números
Danubio jugó 24 partidos, ganó 18, empató 4 y perdió 2, convirtió 52 goles y le convirtieron 18. Totalizó 40 puntos, 9 más que sus inmediatos perseguidores. LOS GOLES: DANUBIO convirtió la friolera de 52 goles distribuidos de la siguiente manera: Da Silva (23), Moas y Suárez (7), Goñez (4), Borges y Dalto (3), Viera (2), Sánchez, Richard Rodríguez y Carlos Rodríguez (1) LOS PENALES: DANUBIO tuvo a su favor 10 penales de los cuales convirtió 9. Fueron todos shoteados por Ruben Da Silva. Le cobraron 6 remates penales en contra, convirtiéndole 4. Javier Zeoli, detuvo 2 penales. EXPULSADOS: solamente 4 expulsiones sufrió DANUBIO durante el torneo. DANUBIO vendió a lo largo del torneo 155.257 boletos.